20 de noviembre de 2025 | Equipo de Vinculación
La anticipación de los escenarios en una segunda vuelta electoral en Chile requiere abordar dos fuentes clave de incertidumbre: el resultado de la primera vuelta y cómo se redistribuirán los votos de los candidatos no seleccionados para el balotaje. Ahora que conocemos los resultados de la primera ronda, donde José Antonio Kast y Jeannette Jara fueron los elegidos por mayoría popular, la atención se centra en la segunda parte de este análisis: ¿qué será de los votos de quienes no avanzaron?
La pregunta que se plantea es fundamental para entender la contienda presidencial. Según Charles Thraves, profesor de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile, “entender los patrones de transferencia de votos es crucial para prever cómo se comportarán los electores en la segunda vuelta”. Thraves sugiere que “la combinación de datos de elecciones pasadas con un análisis contextualizado de la actualidad permitirá obtener proyecciones más precisas”.
Desde una perspectiva inicial, se puede prever que casi el total de los votos de Johannes Kaiser se trasladarán a Kast, mientras que los apoyos de Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés se canalizarán mayoritariamente hacia la oficialista Jara. Thraves enfatiza que “la mayoría de los votantes de estos candidatos se alinean con una ideología que apoya el cambio, lo que favorecerá a Jara en esta etapa”.
Sin embargo, también existen votantes cuyos apoyos no se transferirán de manera homogénea. Las votaciones de Franco Parisi, Evelyn Matthei y Harold Mayne-Nicholls, por ejemplo, representan casi un tercio del total de sufragios.
Según datos de la elección anterior, se puede estimar que el electorado de Parisi está dispuesto a votar en un 17% por Kast, en un 77% por Jara y el restante 6% hacia abstenciones y votos nulos. En el caso de los simpatizantes de Matthei, los antecedentes revelan que el apoyo hacia Kast podría ser menor que en ciclos anteriores, con predicciones de un 70% hacia Kast, un 15% para Jara, y un 15% hacia la abstención o nulos. Thraves señala que “los votantes moderados de Matthei, que no encontraron un candidato de centro en esta ocasión, buscarán alternativas que representen sus intereses”.
Por último, se sugiere que un 80% de los votos de Mayne-Nicholls podrían inclinarse hacia Jara, con un 15% yendo a Kast. En este sentido, “la clave está en cómo estos electores interpretan las propuestas de cada candidato”, añade Thraves.
También es necesario considerar la distribución de los votos en blanco, nulos y abstención. Se espera que sigan patrones similares a los de la elección anterior, con un 7% potencial para Kast y un 10% para Jara. Según el académico, “el comportamiento de los votantes indecisos será crucial y podría marcar la diferencia en el resultado final”.
Bajo los supuestos recopilados, el escenario más probable favorecería a Kast con un 51,3% de las preferencias. Sin embargo, un cambio significativo en la transferencia de votos de Matthei hacia Kast, por debajo del 60%, podría alterar drásticamente el resultado final. Como concluye Thraves, “la dinámica de estas transferencias se convierte en un elemento crucial para el desenlace de la elección presidencial en Chile y es un territorio fértil para el análisis académico y político”.