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Paula Cofré, ex alumna de Ingeniería Industrial: la historia de la montañista que escaló la cumbre más alta de América en cinco días

La montañista y egresada de Ingeniera Civil Industrial de la Universidad de Chile, Paula Cofré, escaló el año 2022 el Aconcagua, la cima más alta de América, con 6.962 metros, ubicada en Argentina. Esto, en tan sólo cinco días, sin guía, aclimatación ni descanso. Aquello marcó un hito en su carrera deportiva, motivándola a emprender nuevas experiencias en diversos lugares del mundo.

“En el fondo es un tema de superación personal. Ahí te das cuenta que el límite realmente lo pone uno”, destaca la deportista.

Paula estudió Ingeniería Civil Industrial en el Campus Beauchef de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, ya que desde que estaba en segundo medio sabía que quería dedicarse a algo que le permitiera trabajar en empresas y tener varias posibilidades en lo laboral.

“Para mí la Universidad de Chile es la mejor universidad del país y creo que es increíble, no puedo estar más contenta de los años que estuve ahí, de las personas que conocí, de los profes, siento que aprendí mucho. El abanico de posibilidades que te ofrece la Universidad, no sólo lo académico, sino lo deportivo es muy bueno. La recomiendo infinitamente, creo que tiene a los mejores profesionales del país, con una vocación de ingenieros de hacer un cambio, de aportar al país, de aportar a las empresas en las que uno trabaja. Fue una etapa preciosa”, asegura.

Durante esa etapa universitaria empezó a subir cerros junto a sus amigos a fines del año 2016. La experiencia le gustó profundamente, por lo que luego, en el 2017, decidió escalar todos los fines de semana, aumentando la dificultad exponencialmente. Esto le permitió conectar con la naturaleza y darse cuenta que la montaña era el camino que quería seguir, por lo que comenzó a desafiarse a sí misma para superar desafíos de mayor envergadura.

Debido a eso, en el año 2018 empezó a subir cerros más altos, de 3.000 a 5.000 metros, como el cerro Pintor, Leonera, El Plomo y el volcán San José, entre otros. En la montaña fue conociendo personas y amigos nuevos que estaban en la misma sintonía que ella, y que querían seguir progresando más. Así comenzaron a realizar expediciones en grupo que cada vez iban aumentando en complejidad, tanto en elevación como en técnica.

“Te cansas, pero la satisfacción personal después de eso es espectacular”

El año 2020, Paula escaló el volcán más alto del mundo, ubicado en el norte de Chile, denominado Ojos del Salado, de 6.893 metros. Ascendió a la cima con todo el equipo necesario, junto a un grupo de amigos y familia cercana.

“Para mí no es solo la cumbre lo que tiene más valor, sino también todo el recorrido. Imagínate planificar algo por algunos meses, después lograrlo y darte cuenta que estás allá arriba,es una sensación increíble”, relata.

Luego, en el 2022, subió junto a un amigo el Aconcagua, la montaña más alta de América, de 6.982 metros. La mayoría de las personas lo escalan en 16 días aproximadamente, pero Cofré lo logró en cinco días, sin guía, aclimatación previa ni descanso. Expuso lo que le dijo a su amigo Víctor: “Quiero que subamos el Aconcagua en el menor tiempo posible, modo expedición, sin días de aclimatación previa, porque no la necesitamos”.

Meses antes, Paula había tenido una lesión luego de una carrera de 50 kilómetros, por lo que no pudo preparar la adaptación, que es necesaria para que el organismo no se vea afectado por la altura y las temperaturas bajo cero. Sin embargo, su buena condición física, que ha logrado gracias a la actividad deportiva que realiza de forma constante desde que era pequeña, la ayudó a soportar el recorrido. “Si una la verdad es que está fuerte y entrenando siempre se puede hacer súper bien. Por supuesto, con el abrigo adecuado para poder aguantar ahí arriba. Fue una tremenda experiencia y quedé con ganas de ir por más desafíos de altura de ese estilo”, señala.

El año 2023 viajó a Perú para ascender a la cumbre de la Cordillera Blanca, y luego escaló montañas sobre 5.000 metros en Suiza, Austria, Italia, Alemania, Francia, entre otros.

“Fueron tremendas experiencias y que me dejaron mucho. Te cansas, pero la satisfacción personal después de eso es espectacular, y darte cuenta que al final siempre se puede, que hay que darle para adelante nomás”, destaca.

– ¿De niña te inculcaron esta relación con el deporte?

– Mis papás y abuelos siempre me inculcaron el tema del deporte como algo bueno para la vida, entonces nunca lo vi como una obligación, sino como una cosa entretenida. Esto de entrenar todos los días, dos veces al día, para mí es algo que me gusta, entretiene y llena de felicidad. Es un espacio mío, un espacio para poder despejar la mente, hacer algo distinto, moverse. Es algo que ojalá hiciéramos todos los días, porque nos da felicidad y bienestar.

– ¿Qué significa para ti dedicarte al montañismo? ¿Qué sientes cuando estás allá arriba? ¿Cómo lo describes?

– En el montañismo no hay una competencia con otras personas, sino más consigo mismo. Es un tema de un desafío personal,saber que los límites realmente, aunque suene cliché, los pone uno mismo. En el fondo es enfrentarse a lo desconocido y saber tomar decisiones cuando las cosas no dependen de ti, sino de cómo está tu entorno, cómo está el clima y cómo está la dificultad en el terreno. Aprendes mucho de liderazgo cuando vas con otras personas, sabes guiar un poco y trabajar en equipo. También cuando estás sola saber tomar la mejor decisión en cuanto a qué hacer, qué ruta seguir. En el fondo es mucho de superación personal. Me siento muy libre, y puedo llevar mi potencial al máximo.

– ¿También te dedicas a otros deportes?

– Me gusta decir que mi parte principal es la montaña, pero claro, también corro mucho en calle, estoy dedicada ahora al mundo del trail running, que es correr en cerro, y skate running, que es cuando corres en altura, sobre 3.000 metros. El año pasado también hice triatlón. Eso fue más un desafío personal para aprender un poco más la técnica de la natación. Hago ciclismo, y en la semana tengo días de trote en calle, trote en cerro, ciclismo, voy al gimnasio y el año pasado, además, hasta junio estaba nadando dos, tres veces a la semana. Escalo igual, trato de hacerlo dos veces a la semana, y el gimnasio, que es clave para rendir mejor, fortalecer los músculos y evitar las lesiones para los deportes que uno hace. Todo esto gestionando los tiempos con mi trabajo.

– Has subido montañas en diferentes países ¿Cuál ha sido la que más te ha marcado?

– El Mont Blanc, que lo subí el año pasado. Es súper icónico y es muy conocido en Europa, porque justamente es la montaña más alta de los Alpes, y fui sola. Todas las personas van encordadas, porque es un camino lleno de nieve y glaciares que tienen grietas. Como fui sola sabía que era un riesgo, pero también leí que se podía si las condiciones eran óptimas. Y de hecho llegué primera a la cumbre. En el camino había un par de grietas, pero con cuidado la verdad es que bien. Fue icónico porque cuando viajé a Europa con mis papás el 2012, en el tour lo mencionaron, entonces después de estar ahí unos años más tarde creo que fue un gran sueño cumplido. Ha sido una de las cumbres más significativas.

– ¿Al principio te costó acostumbrarte a las consecuencias físicas que tiene escalar cerros y montañas?

– Se me dio bien, pero -por supuesto- al principio no iba tan rápido como voy ahora. La primera vez que subí el Leonera, que tiene 4.954 metros, me acuerdo que me demoré 10 horas a la cumbre. Si bien yo tenía un buen estado físico, no era como el que tengo actualmente, entonces sí, también hubo veces que eran salidas súper duras. Me acuerdo las primeras veces yendo al Plomo, me demoraba dos días. Fueron travesías duras. También me han tocado otros cerros súper exigentes o más peligrosos en los que pase un poquito de susto, pero todo eso al final suma y te ayuda a darte cuenta que siempre se puede ir por más, y puedes superarte.

– ¿Cómo te preparas cuando tienes planeada una escalada?

– La planificación antes de ir a la montaña es clave, porque nunca esperas que pasen cosas, pero si es que llega a pasar algo tienes que estar preparada. Siempre ando con la ruta descargada, me preocupo de llevar linterna, cosas de seguridad, alimentación de refuerzo, vestimenta, batería externa también, un index, que es este teléfono satelital para pedir ayuda si es el caso. También si no sabes, preguntar. De repente busco a alguien que haya hecho el mismo cerro, y aunque haya sido años atrás pregunto, cosa de ir lo más preparada posible a la montaña.

– ¿Qué es lo positivo que destacas de este deporte?

– Te permite conectar con la naturaleza, pero a la vez estar en lo salvaje. Es un deporte que realmente te saca de tu zona de confort. Aquí siento que es más impredecible todo y es algo para la vida. Suma tanto para el espíritu y también para uno, el tema de la superación personal. También hay un trabajo en equipo que siento que en otros deportes no se da tanto como se da en la montaña, y el tema del liderazgo, la planificación y responsabilidad porque depende netamente de ti. En la montaña estás solo y tienes que ver y decidir por ti y por el equipo. Es harto aprendizaje y te hace crecer como persona mentalmente y físicamente.

– ¿Y cuáles son los inconvenientes asociados a escalar?

– Es mucho más riesgoso que otros deportes. En la montaña es mucho más difícil controlar los factores externos, lo que sí, puedes minimizarlos en base a lo que vas aprendiendo, cuándo es la mejor época para subir, etcétera.

– ¿Cuáles son tus planes a futuro en el ámbito profesional y deportivo? ¿Qué montaña quieres escalar ahora?

Me encantaría poder combinar lo que es la montaña con la ingeniería y tener alguna empresa relacionada con eso, donde yo pueda realmente dar mi cien, pero muy feliz mientras tanto donde estoy trabajando ahora, y con todo lo que aprendí y pueda aportar. En cuanto a solamente lo deportivo, estoy planificando un viaje a Perú como el que hice el año pasado, pero ahora para hacer montañas más técnicas, yme encantaría irme a Nepal a subir montañas más altas. Pero voy a seguir en montaña sí o sí, entrenando mucho, e ir por desafíos más difíciles en altura y también técnicamente hablando.

Cuestionario Alumni

Un libro importante en su vida: Es como un poquito más juvenil, se llama Delirium. Te enseña mucho lo que es el valor, cómo luchar por las cosas que quieres y al final darte cuenta de que no porque un sistema funciona de cierta manera significa que es lo correcto. De repente uno puede ir un poco en contra de la corriente, pero si es lo que crees que está bien, yo creo que hay que darle para adelante, aunque no sea lo que la mayoría hace.

Canción favorita: Es muy romántica la canción, “All too well” de Taylor Swift.

Una película que recomendaría: “La teoría del todo”. Es muy bonita, pero un poquito triste.

¿Con qué personaje histórico le hubiera gustado conversar? Con Da Vinci. Lo encuentro tan genio, me hubiese encantado saber cómo pensaba, cómo lo hacía. Era un visionario, con la poca tecnología que había en ese tiempo, espectacular.

Un sueño por cumplir: Subir el Everest, que es la más alta del mundo. Y creo que aparte de eso sería poder llevar la experiencia a las personas, poder hacer charlas, poder contar todo lo que es la montaña, la expedición. Me encanta mucho compartir esas experiencias, enseñarle a otras personas lo que sé.


Entrevista de Valentina Alegría Flores, Alumni Uchile