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Susana Mondschein, nueva directora de Ingeniería Industrial: “Quiero mantener y potenciar nuestro liderazgo”

Ejecutiva por naturaleza, Susana Mondschein Prieto, la segunda mujer en asumir la dirección de nuestro departamento desde su fundación, en 1965, sabe de administrar, organizar y delegar. Por eso, no le asusta la responsabilidad de encabezar su conducción durante los próximos dos años (hasta octubre de 2025).

“Lo tomo como uno de mis proyectos más importantes”, dice segura quien sabe de ellos, ya que desde que se reintegró a Ingeniería Industrial -en 2020, en plena pandemia- ha liderado varios en gestión de salud y epidemiología.

La nueva directora tiene desafiantes planes para el departamento y para concretarlos, asegura, cada uno de sus más de 200 integrantes es fundamental.

“Todos somos importantes y no lo digo como una frase cliché”, declara, agregando que uno de sus ejes de acción será mejorar la calidad de vida de las personas que trabajan en él -superada la pandemia- de vuelta en modalidad presencial.

Un segundo eje de su gestión será conservar y fomentar lo que define como el core del departamento: formar alumnos de ingeniería civil industrial que contribuyan al desarrollo del país, de la mano de un cuerpo académico de primer nivel.

El tercer eje de su quehacer, en tanto, se enfocará en mantener la posición de liderazgo del departamento, no sólo en Chile sino que también en América Latina.

“Quiero mantener y potenciar nuestro liderazgo. Que cuando se pregunte dónde está el mejor departamento de Ingeniería Industrial, nosotros seamos la respuesta”, asevera.

Momento preciso

Luego de 13 años alejada del departamento, renunció a su cargo como Profesora Asociada para integrarse como profesora visitante de la Escuela de Management de la Universidad de Yale -entre los años 2001 y 2011-, Susana se reincorporó en agosto de 2020. Desde entonces ha desarrollado distintos proyectos en gestión en salud y en los momentos álgidos de la pandemia colaboró en dos proyectos: testeo de anticuerpos para que los trabajadores pudieran volver a sus actividades presenciales y en un sistema de seguimiento domiciliario de pacientes infectados con coronavirus. Esto, junto con dictar clases en su área de expertise: Gestión de Operaciones.

Como recordó en la ceremonia de cambio de dirección, ella fue una de las gestoras de la contratación del director saliente, Richard Weber, y él fue quien la trajo de vuelta.

-¿Se veía en este cargo hace un año?
-Para nada. Soy de aquí, es mi alma máter, pero cuando me reintegré jamás pensé que iba a ser la directora de este departamento. Cuando comenzó a circular la idea de que podría ser candidata, pensé que era sólo eso: una idea. Sin embargo, con el correr del tiempo y con este proyecto que tomaba fuerza, empecé a enamorarme de esta posibilidad.

-¿Qué le motivó a aceptar este cargo?
-Comencé a pensar cuál podría ser mi aporte, porque todos los directores han hecho aportes; cada uno con sus fortalezas. Me pregunté qué podría hacer yo y se me ocurrieron muchas ideas, dice entusiasmada.

Con una carrera ya consolidada y una familia formada, Susana dice que está en el momento preciso para dedicar su energía a este nuevo desafío en su vida profesional. La edad, dice, también ayuda, ya que le permite tener una visión de lo que quiere hacer (“mirando los árboles, pero también el bosque en su conjunto”), a lo que agrega, como tercer ingrediente, su cariño por el departamento.

“Quiero que le vaya bien. Ingeniería Industrial es el departamento más prestigioso y mejor rankeado de Chile y Latinoamérica, por lo que hay que estar pendiente para mantener ese lugar”, sostiene.

Complementa: “Tenemos muchos programas y centros que juegan un rol determinante en nuestro posicionamiento. Programas como el MBA, que el ranking de la Revista AméricaEconomía ubicó en primer lugar en América Latina. O el Magister en Gestión y Políticas Públicas (MGPP), que forma profesionales que apoyan al sector público en Chile y en la región, y que también es un orgullo. Creo que como universidad pública tenemos que hacer un aporte público y ese es formar a los mejores profesionales para que colaboren con el desarrollo de Chile.

-Usted será la segunda mujer en la dirección después de Alejandra Mizala. ¿Qué plus le ve a esto?
-Es un tema que me cuesta responder, porque nunca en mi vida profesional me he sentido discriminada por ser mujer. Sin embargo, ahora que veo a las nueva generaciones, quizá cosas que yo sentía que eran normales tal vez fueron discriminaciones.

Añade: “Tengo mucha capacidad de estar en varios frentes a la vez (multitasking). Este departamento tiene muchos (docencia, investigación y extensión) y en todos hay temas de gestión”.

Puertas abiertas

-¿Cuál cree que será la fortaleza de su gestión?
-Mantener y fortalecer el grupo de académicos, profesionales y funcionarios de primer nivel que tenemos. Quiero aportar a su calidad de vida, que trabajen contentos. También mantener y alimentar el vínculo con nuestros egresados.

-¿Tiene planes de aumentar el cuerpo académico?
-Por supuesto, necesitamos fortalecerlo y renovarlo constantemente con gente más joven, que está aprendiendo cosas nuevas. Y si hay una persona destacada que se quiera incorporar, siempre tendrá un espacio.

-¿Cómo visualiza la participación de académicas en el departamento? Hay pocas.
-Me preocupa que haya académicas de excelente nivel que puedan trabajar acá. No queremos que ningún talento-mujer, ni alumnas ni profesoras, quede fuera y, en este sentido, haremos un esfuerzo activo por encontrarlos.

-¿Le asusta gestionar un departamento como este que vive en permanente estado de vértigo?
-No me asusta, pero estoy consciente de que es un gran desafío. Una organización como la nuestra nunca va a llegar a un régimen permanente. O sea, vamos a estar en constante cambio, porque el conocimiento cambia y ese es el principal insumo con el que nos alimentamos y producimos como departamento universitario. Tenemos que renovar la malla de los alumnos, los programas de extensión, los programas de educación ejecutiva, de postgrado. Y creo que así debe ser, no queremos llegar a un régimen estable donde nada cambia. Si lo hacemos quiere decir que algo está fallando.

-¿Cómo piensa compatibilizar su actividad docente y de investigación con un cargo como este que es tan demandante? ¿No teme que se resientan?
-Cuando lo acepté sabía que estas actividades se resienten. El día tiene 24 horas y antes de asumir estaba full en investigación, en docencia y en extensión, pero este cargo lo tomo como un proyecto muy importante para mí.

Detalla: “Tendré que hacer un poco menos de docencia, el cargo lo permite, y cuento con un grupo de investigación en temas de salud bastante consolidado; con expertos del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (INTA), del Hospital del Tórax y de MIT. Tengo equipos de trabajo y espero que el día que deje de ser directora pueda retomar y seguir con estos proyectos.

-¿Se siente preparada para asumir una tarea de esta envergadura?
-Si la acepté es porque creo que puedo hacerlo, de lo contrario habría sido una irresponsabilidad de mi parte. Ahora, no me cabe duda que voy a ir aprendiendo en el camino. Por ello, siempre tendré las puertas abiertas para que la comunidad pueda conversar conmigo.

-¿Qué pueden esperar los integrantes del departamento de su gestión?
-Que su vida profesional, dentro de lo que esté a mi alcance, sea lo más gratificante posible. Creo que es totalmente compatible trabajar productivamente y estar contento en el trabajo. No debería ser algo antagónico. La pandemia produjo un montón de cambios y debemos retomar lo que el departamento siempre ha tenido: su capital humano y una muy buena vida laboral.

MINI BIO

Ingeniera Civil Industrial de la Universidad de Chile, Magíster en Gestión de Operaciones de la misma universidad y Ph.D. en Investigación de Operaciones de MIT, Susana Mondschein Prieto ha desarrollado su investigación en las áreas de pricing y revenue management y, posteriormente, en gestión de salud, epidemiología y salud pública.

De vuelta en Chile, en 2011, se integró como Profesora Asociada de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, donde se desempeñó como directora de Ingeniería Industrial de esa universidad, entre 2015 y 2019.

De regreso en Ingeniería Industrial, en agosto de 2020, continuó desarrollando sus proyectos de investigación. Entre ellos, una metodología para optimizar el tamizaje en detección precoz del cáncer de mama; políticas óptimas para utilizar recursos escasos en el tratamiento con antivirales de acción directa para la hepatitis C; recomendaciones óptimas de ganancia de peso durante el embarazo, y tendencias y predictores de la diabetes mellitus gestacional en Chile. Sus proyectos recientes, en tanto, se han enfocado en el impacto en la sobrevida del cáncer colorrectal, estudio en el cual estimó que la incidencia, mortalidad y sobrevida de esta enfermedad depende fuertemente de la edad del paciente al momento del diagnóstico, así como si está afiliado a un sistema público o privado de salud; en las garantías explícitas de oportunidad para las patologías GES que no evitan el sesgo al considerar la oportunidad del tratamiento entre mujeres y hombres; una metodología para tratar el problema del testeo y tratamiento del cáncer, en el contexto de un sistema de salud sujeto a restricciones presupuestarias, y la construcción de una plataforma que permite visualizar la actividad de los centros de salud (en términos hospitalarios y de defunciones).

Susana también es investigadora del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y del Centro para el Control y Prevención del Cáncer (CECAN). Fue presidenta del Instituto Chileno de Investigación Operativa (ICHIO), entre 2021 y julio de 2023, y es consejera de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP).

Susana está casada con el economista, Eduardo Engel, y tiene dos hijos: Gabriel y Daniela.


Entrevista: Cony Kerber S.