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Raphael Bergoeing y Juan Velásquez integran comité asesor del Gobierno que abordará desafíos de la inteligencia artificial

Juan Velásquez

Raphael Bergoeing

El ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile convocó al panel que elaboró la Política Nacional de Inteligencia Artificial (IA) de 2021, con el objetivo de discutir los avances y desafíos del país en torno a esta materia (Chat GPT incluido). Por nuestro Departamento participan Raphael Bergoeing y Juan Velásquez.

Nuevamente, nuestros académicos que formaron parte del comité que creó la Política Nacional de Inteligencia Artificial (IA) fueron convocados por el ministerio del ramo, esta vez encabezado por la ministra Aisén Etcheverry, para avanzar en la discusión sobre los avances y desafíos asociados al desarrollo de la inteligencia artificial (IA).

Juan Velásquez explica que esta reunión se realizó para “volver a echar a andar justamente este trabajo con miras a comenzar ciertas implementaciones de lo que se dijo en su momento de la Política Nacional”.

Por su parte, Raphael Bergoeing, también presidente de la Comisión Nacional de Productividad, detalla que “los ejes principales de esta política son factores habilitantes, relacionados con el desarrollo de talentos, los datos y la infraestructura tecnológica; su adopción y los aspectos éticos, regulatorios y socioeconómicos, entre los que destacan sus implicancias en el mercado laboral, los peligros en materia de ciberseguridad y el resguardo de la propiedad intelectual”.

La regulación a una tecnología en pleno avance

Velásquez agrega que esta nueva reunión fue “para recibir varias impresiones. Estuvimos discutiendo varias aristas, porque hoy en día hay una suerte de temor, un poco desatado, respecto de la implicancia que puede tener la inteligencia artificial” y porque “cuando se planteó la Política Nacional, se plantearon los desafíos, pero no se planteó esto del bueno, el malo y el feo”. Esta analogía, explica nuestro académico, hace referencia a que en el caso de la IA no se puede permitir que “ocurra el feo”. Ejemplifica: “Si queremos analizar tu ADN, porque queremos ver si tienes alguna afección para ayudarte, hasta ahí estamos súper bien, pero qué pasa si con tu ADN me doy cuenta que tú vas a tener a los cuarenta y tantos años diabetes y digo ‘no me conviene contratarte’. Ahí entonces estoy siendo súper feo, estoy usando los datos de manera fea y eso no tiene que ocurrir”, advierte el investigador.

Agrega: “En esta triada siempre aparece el malo. Bueno, al malo hay que regularlo, entonces qué significa regular al malo, muchas veces ese malo es necesario para que ciertas cosas puedan ocurrir. Por ejemplo, si yo dijera ‘mira, empezar a soltar datos de carácter personal tiene implicancias malas porque me van a tapar de spam’, bueno, entonces regulemos, ahora no puedes llamar después de las 8 de la noche”, dice Velásquez.

Finalmente, indica el académico, “está el bueno. A ese bueno no le puedes cortar las alas, hay que potenciarlo. Qué tal si estamos creando un predictor de cáncer mamario, si potenciamos esa investigación, la solidaridad que puedan tener las mujeres aumenta, pero estrambóticamente, porque ese es un cáncer súper jodido ya, pero con una detección temprana es una extirpación de nódulos, entonces, ahí aparece el bueno”. Por eso, sostiene, hay que “regular al malo” y no “detener al bueno”. O sea, no detener los avances tecnológicos, porque “la historia humana nos ha mostrado que cuando uno restringe al bueno, la verdad de las cosas es que se detiene el avance científico y tecnológico”.

Cómo avanzar en inteligencia artificial

Rafael Bergoeing, por su parte, asegura que “lo principal es estar atento a cómo evoluciona esta tecnología y a los desafíos de política pública asociados. La aproximación exige una mirada interdisciplinaria, por lo que una mesa de expertos con distintas experiencias profesionales debiera permitir diagnosticar en tiempo real la necesidad de nuevas y mejores regulaciones, y el diseño de políticas que resguarden el interés común y aporten al desarrollo del país”.

Respecto a los desafíos en torno a esta materia, Velásquez plantea que la principal pregunta es dónde queremos estar en 10 años más. En esta línea, afirma que el tema de la inteligencia artificial es gravitante y que “no podemos hacer la medicina del futuro sin IA, no podemos. Pero hay que pensarla como algo positivo, no con este pánico que anda rondando a la sociedad”.

En esta instancia también participan el académico de Ingeniería Eléctrica, Néstor Becerra, y el académico del Programa Tecnología y Sociedad de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, Alberto Cerda. A ellos se suman Andrea Rodríguez, vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Concepción; Martín Tironi, director del Instituto Milenio Futures of Artificial Intelligence; María Paz Hermosilla, directora del GobLab de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez; Cuki Pérez, data scientist; y Kathya Araujo, investigadora del Núcleo Interuniversitario Multidisciplinar de Investigación en Individuos, Lazo Social y Asimetrías de Poder (NIUMAP).

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Fuente: Prensa Uchile, Ma. Fca. Maldonado Wilson

Foto portada: ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación