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Pamela Jervis, candidata al Consejo de la Niñez: “Todos nacemos iguales, niños y niñas, pero algunos/as avanzan más que otros/as”

La economista y académica de Ingeniería Industrial postula como representante de la academia en el Consejo de la Sociedad Civil de la Niñez, instancia del Ministerio de Desarrollo Social y Familia que apoya el desarrollo de políticas y programas para la niñez en nuestro país.

A lo largo de los últimos 10 años, Pamela Jervis ha trabajado desarrollando investigaciones en diversos países de África, Asia y América. Esta experiencia le ha permitido constatar de manera personal la difícil situación que niños, niñas y adolescentes de todo el mundo enfrentan para desarrollar sus habilidades, tanto cognitivas como socioemocionales. Esta realidad impulsó a la investigadora a postularse como integrante del Consejo de la Sociedad Civil de la Niñez del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, quien busca aportar a la mejora de los programas que se desarrollan en el país en materia de la niñez, a la vez de fortalecer el vínculo entre las políticas públicas y la academia.

-Pensando en que su formación profesional es como economista, ¿de dónde surge su interés por los temas ligados a la niñez?
-Mi experiencia como economista, investigadora y académica me ha llevado a darme cuenta lo central que son las problemáticas ligadas a niños, niñas y adolescentes (NNA), particularmente en los sectores más vulnerables, a la hora de desarrollar su capital humano tanto en sus habilidades cognitivas y socioemocionales, y cómo afectan su futuro.

Cuando hablamos de reducir las brechas académicas y salariales a nivel educativo y laboral, pero también a la hora de reducir conductas de riesgo, como embarazo adolescente, consumo de drogas o alcohol y crimen, es muy importante comprender que se debe trabajar desde ya para reducir las brechas entre NNA que viven en sectores vulnerables y aquellos que no, invirtiendo en la primera infancia ya que proporciona la oportunidad de igualar la cancha para que niños y niñas puedan alcanzar su óptimo potencial de desarrollo, lo que explícitamente se traduce en mayores niveles de capital humano y bienestar a lo largo del ciclo de vida.

-¿Qué es y cuál es la relevancia de una instancia como el Consejo de la Sociedad Civil de la Niñez del Ministerio de Desarrollo Social y Familia?
-Esta instancia creo que trata de hacer confluir la mirada de los actores que realmente ve su vida impactada por los programas y políticas sociales que apuntan a la niñez, mediante representantes de los consejos comunales de la niñez, de la academia, y fundaciones, corporaciones y/u ONG. Al final, se busca generar un puente entre estos tres actores: las comunidades, los centros de investigación y la academia, comunicando las inquietudes y sugerencias de la ciudadanía y la gestión pública respecto a la política nacional de infancia. Esto no es algo que puedan trabajar solamente expertos o la academia, porque la niñez no es sola.

Es importante un enfoque multisistémico entendiendo el rol que tiene el Estado, los NNA, las familias, la comunidad, la escuela, los centros de salud, todos son actores relevantes. Pero al mismo tiempo, un enfoque multidimensional para fomentar el desarrollo óptimo de las habilidades cognitivas y socioemocionales ya que estas son fundamentales para el desempeño futuro en una serie de resultados, tanto en aprender a hablar y comenzar a caminar en el corto plazo, el rendimiento escolar y salud mental a mediano plazo, como en el mercado laboral y conductas de riesgo a largo plazo.

-¿Por qué decidió postular al Consejo?
-Decidí postular porque me parece que representa un punto de partida para apoyar no solo en el diseño y rediseño de las políticas que se hacen actualmente en Chile en términos de infancia, sino también en materia de su monitoreo y evaluación. Mi experiencia como economista durante más de una década ha sido el estudio y análisis de la efectividad en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas en el ámbito de la niñez, y creo que puedo aportar en base a la evidencia científica que existe y he desarrollado en la materia desde un espacio como este con el fin de reducir la desigualdad en Chile.

-¿Por qué cree que es importante que la academia se involucre en estos temas?
-Teniendo este puente que genera el Consejo, el rol no sólo de la academia, sino también de fundaciones, corporaciones y/u ONG, cobra relevancia porque podemos sugerir mejoras concretas que resulten en nuevos o mejores políticas públicas, programas y planes que puedan ser costo-efectivas, desde un enfoque multisistémico y multidimensional, y enlazado a las necesidades e inquietudes de la ciudadanía.

Es fundamental entender que esta discusión no se trata solamente de tener una política pública que aumente el tiempo de postnatal o provea sala cuna universal, sino que también de mejorar la calidad de los servicios de salud, de empoderar a las mujeres permitiendo que puedan trabajar y tener hijos, de reducir la violencia intrafamiliar y mejorar la calidad de vida en los hogares, entre otros. Todo eso repercute en la calidad de vida de los NNA. Todos nacemos iguales: niños y niñas, pero algunos avanzan más que otros porque tienen las posibilidades de potenciar sus habilidades cognitivas y socioemocionales. Esto, es justamente lo que resulta indispensable resolver.

-¿Cuáles son sus prioridades para trabajar en el Consejo?
Pensando en que la participación en el Consejo sólo dura dos años, creo que una prioridad es la salud mental infantil, sobre todo en el contexto de la pandemia. En Chile hay programas pero empiezan demasiado tarde y se brinda tratamiento cuando el problema de salud mental ya existe, por lo que no son preventivos. Debemos, por ende, proveer una política que permita adelantarse identificando y midiendo factores de riesgo poblacional desde los primeros años de vida con un enfoque de equidad en salud.

Otro tema central es aportar para que los NNA puedan volver a estudiar presencialmente, porque si bien se ha logrado trabajar de forma remota, lo cierto es que esta modalidad incrementa la brecha educativa entre los estratos más bajos y los más altos, ya que muchos niños y niñas vulnerables no tienen acceso a internet o tienen sólo un celular para toda la familia, e incluso si lo tienen sus jardines y/o escuelas no tienen la capacidad para entregarles educación remota de calidad. No sólo estamos retrocediendo al nivel de hace 10 años atrás, sino que la brecha se está incrementando de forma exponencial.

-¿Cómo se puede ayudar en la postulación?
Quienes integran el Consejo en sus tres áreas se eligen a través de una consulta ciudadana virtual, por lo que pueden votar por mí en la representación de la academia, por una persona en representación de fundaciones, corporaciones y/u ONG, y por los representantes de los consejos comunales de la niñez que son niños/as de 12 o 13 años. Es muy importante apoyar a estos últimos, ya que son justamente ellos los actores más relevantes en este proceso.

 

 


Entrevista: Felipe Ramírez, Prensa UChile