Se trata de una plataforma informática basada en Web Intelligence y herramientas de análisis de exploración visual (eye tracking) para mejorar la estructura y contenido de sitios web y forma parte de los 55 proyectos aprobados en el primer concurso de ciencia aplicada del Programa IDeA impulsado por Fondef – Conicyt. Un esfuerzo conjunto con la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile que hoy rinde sus frutos, ya que fue uno de los tres proyectos seleccionados de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) y uno de los siete de la Universidad de Chile.
Dirigido por el Prof. Juan Velásquez, académico de Ingeniería Industrial, en conjunto con los Profesores Pedro Maldonado y Andrés Couve, del Instituto Milenio de Neurociencias, el proyecto -bautizado como AKORI, sigla que corresponde a “Advanced Kernel for Ocular Researh and Web Intelligence” y que en mapudungun significa ojo de halcón- mezcla los análisis del eye tracking con los del encefalograma. Esto, con el fin de establecer -en primera instancia y con objetividad- la calidad del sitio web estudiado, información que en un futuro, adelanta Velásquez, puede servir para que las empresas cambien la estructura y contenidos de sus página web.
“En el proyecto vamos a combinar el mundo de la neurociencia con la del Web Intelligence, lo que nos permitirá entender valores de navegación de los usuarios en los sitios web y el análisis será 100% objetivo”, destaca.
Web personalizada
Sobre los orígenes de este proyecto, Velásquez cuenta que éste se enmarca en los años que lleva investigando sobre Web Intelligence, “en el fondo en cómo desarrollamos nuevas aplicaciones, sitios y formas de enfrentar a los usuarios a este fenómeno que es la Web”. Esto, explica el académico, con el objetivo de personalizar los trabajos con los sitios y aplicaciones, y para traspasar las técnicas de inteligencia artificial hacia el desarrollo de nuevos productos y servicios que ha implicado una investigación que determine cómo el usuario navega en el sitio, qué es lo que busca, de qué manera lo hace y qué le atrae y qué le desagrada.
“En el fondo, se trata de ver el comportamiento del usuario en la red”, resume el académico.
Un trabajo, cuenta Juan, que se remonta desde que la Web se origina -en 1992- y que fue parte de su tesis doctoral centrada en la creación de un primer sistema adaptativo. De ahí vendría su primer libro en el año 2008, “Adaptative Website”, y luego la serie de tres libros titulados “Advanced Techniques in Web Intelligence”, del cual ya se han publicado dos volúmenes -en los años 2010 y 2012-, en tanto que el último de ellos se espera para el 2014.
“Toda la adaptación de la Web se ha hecho con datos, por así decirlo, tradicionales del mundo Web. Los contenidos, los hipervínculos y los archivos de logs (registro de las páginas visitadas), pero llega un punto donde empezamos a toparnos con que ya no podemos sacarle más información a esos datos, por lo que hace unos tres años comencé una investigación para explorar otras fuentes de datos relacionadas con el comportamiento del usuario en un sitio web y es así como llegué al uso del eye tracking (sistemas que siguen el movimiento de los ojos)”, explica Juan e investigación que ha trabajado con expertos de la República Checa y sobre la que ha publicado un par de papers ISI.
Agrega:
“El análisis del movimiento ocular es un terreno muy nuevo y hemos podido sacar algunas conclusiones. En mayo tuvimos un encuentro con los investigadores del Instituto Milenio de Neurociencias, quienes hicieron una demostración sobre eye tracking y cómo la pupila de las personas se dilata frente a un estímulo visual. Y si bien explicaron que frente a un estímulo visual ésta no miente, esto es, que enfrentada a algo que le gusta o disgusta se dilata, aún no se ha logrado determinar en qué casos se dilata, porque algo le gustó y en qué casos lo hizo, porque no le gustó”.
Para determinar esto, contextualiza Juan, los neurólogos señalaron que entonces se tendría que hacer un análisis a nivel de las ondas cerebrales (con un electroencefalograma), método que tiene la complejidad de que son tantos los datos que se generan que es difícil sacar patrones y punto en el que Velásquez señaló que si se utilizaran técnicas de minería de datos, esto se puede procesar.
“De aquí surgió la idea de desarrollar un kernel (conjunto de algoritmos que forman parte del núcleo de la programación de aplicaciones de mayor complejidad) que permita analizar si un sitio web le gusta o no a los usuarios”, explica el académico.
Sobre las aplicaciones concretas que se pueden obtener al analizar el comportamiento del usuario en la Web, Juan responde: “Puedes mejorar la estructura y el contenido de los sitios y al hacer eso evidentemente estás atrayendo a más usuarios y reteniendo a los clientes. Esto, de la mano con la creación de las nuevas aplicaciones basadas en la personalización de la Web”.
Un ejemplo concreto de esto, señala el investigador, es Amazon.com, un caso de éxito de personalización, ya que cuando un usuario busca publicaciones o música, el sitio recomienda productos complementarios.
“Esto es parte de la adaptación de la Web, la cual se logra gracias a que se le sigue la huella a los clientes del sitio”, explica.
Sobre la aplicación comercial futura de este sistema, Velásquez proyecta: “A las empresas les va a servir que le digamos que tiene que cambiar su sitio basado en los resultados obtenidos (dependiendo de la reacción de los usuarios). Y la palabra mágica aquí es objetivo, ya que será un análisis 100% objetivo y no basado en elementos subjetivos como encuestas y focus group”.
Concluye: “Esta será la primera aproximación basada en datos reales que nos permitirán decir y evaluar de manera objetiva si el sitio web es bueno o malo. Esto es muy potente, porque de aquí puede salir toda una nueva línea de investigación. Los algoritmos que vamos a trabajar también pueden servir para analizar el estado anímico del usuario”, concluye Juan.
IDeA de Fondef
Este es el primer concurso IDeA de Fondef que reemplaza a sus antiguos concursos y financian la Investigación y Desarrollo (I+D) en el país con la intención de buscar los potenciales negocios que puedan surgir de los distintos proyectos que apoya. Si el proyecto aprobado es exitoso (de aquí a mayo del próximo año), se presentan en una segunda etapa que considera la constitución del servicio y el producto propuesto.
Este programa contempla un monto de $115 millones por proyecto (inéditos) y tiene una duración de 18 meses.