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“Para la FIFA, mejor no jugar. Cómo Chile podría haber sido cabeza de serie eligiendo estratégicamente sus amistosos”, columna Denis Sauré y Guillermo Durán

Sorprendió al mundo del fútbol la presencia de Colombia, Suiza o Bélgica entre los ocho cabezas de serie del próximo Mundial, y la ausencia entre ellos de potencias como Italia, Holanda o Inglaterra. Incluso Chile presentaba en los últimos cuatro años pergaminos que lo hacían candidato a ocupar uno de esos lugares. ¿Cuál es la explicación del listado de cabezas de serie? El ranking FIFA y su extraña manera de puntuar a las distintas selecciones.

Veamos cómo la FIFA calcula los puntajes de cada país que determinan el ranking mes a mes. Cada partido que una selección nacional disputa influye en el cálculo de su puntaje total. El puntaje asignado a cada partido está constituido por cuatro factores: el resultado del partido (ganar, empatar o perder), el nivel del partido (Mundial, clasificatoria, torneo continental, amistoso), el continente del rival (vale más ganarle a un europeo que a un asiático, por ejemplo) y la posición del rival en el ranking. En total, se computan las actuaciones de los últimos cuatro años, pero se ponderan más alto los partidos del último año que los de años anteriores (la ponderación va bajando con los años). Por último, se suma el valor que cada partido aporta y se saca el promedio de todos los partidos disputados.

¿Qué primera contradicción genera este sistema? Que como los partidos amistosos tienen menor valor que los partidos de clasificatorias o de Mundial, suele pasar que ganar un amistoso implique bajar el puntaje total (y, por consiguiente, el ranking), porque se promedia con el resto de los resultados. Aparecen también otras contradicciones obvias, producto de la elección de los ponderadores y de los parámetros. Por ejemplo, no se consideran las localías de los partidos. O suma más ganarle a Malta o Chipre, que empatar con España.

¿Qué implicancias tuvo este sistema en la elección de los cabezas de serie? Los mismos fueron elegidos utilizando el ranking FIFA de octubre de 2013, los siete primeros de dicho ranking más Brasil, que por no haber jugado las clasificatorias estaba en el puesto 11 en ese momento. Chile se ubicaba en ese mismo momento en el puesto 12.

¿Qué hubiera pasado si Chile no jugaba ningún amistoso en los cuatro años anteriores al sorteo?  Hubiera estado segundo sólo detrás de España en el ranking!! ¿Y si hubiera ganado todos los amistosos (32, 12 de ellos durante la disputa de las clasificatorias) que jugó en ese período? Hubiera quedado cuarto, o sea, para la FIFA mejor no jugar que ganar 32 amistosos (esto hubiera incluido ganarle de visita a rivales como España, Brasil o Francia).

¿Y si Chile no hubiera jugado ningún amistoso durante la disputa de las clasificatorias? También habría terminado segundo en el ranking. Por último, si Chile hubiera jugado amistosos sólo contra “buenos” equipos, considerando como “buenos” a aquellos que clasificaron al Mundial, entonces -manteniendo los resultados que obtuvo en dichos partidos- hubiera llegado al sorteo en la sexta posición y, por consiguiente, habría terminado siendo cabeza de serie (en reemplazo de Suiza, el último cabeza de serie).

¿Cuántos amistosos disputó Colombia, cuarto en el ranking al momento del sorteo, sólo detrás de España, Alemania y Argentina? 18, contra los 32 de Chile, y sólo cinco de ellos durante la disputa de las clasificatorias (contra los 12 de Chile). Ahí puede haber una clara explicación del cuarto puesto de Colombia y del duodécimo de Chile.

Podemos hacer una comparación similar para los equipos europeos. Holanda, octavo en el ranking,  jugó cinco amistosos en el año 2013, mientras que Suiza (séptimo) jugó sólo tres. Si Holanda hubiera jugado sólo tres amistosos en el 2013 (aún considerando sus tres peores resultados) habría finalizado en la cuarta posición, por encima de Colombia y desplazando a Suiza de los cabeza de serie. Si Holanda no hubiera jugado ningún amistoso en 2013, habría quedado segundo en el ranking, sólo superado por España. Este mismo análisis que hacemos para Holanda vale también para Italia (quien compartía la octava posición del ranking con Holanda), país que jugó seis amistosos a lo largo de 2013.

En síntesis, si un país quiere ser cabeza de serie de una Copa del Mundo, debe elegir estratégicamente sus amistosos, en particular, los del último año. O quizás sea mejor proponerle a la FIFA un ranking matemáticamente más coherente.

Denis Sauré, Ingeniería Industrial, Universidad de Chile
Guillermo Durán, Instituto de Cálculo, FCEN, Universidad de Buenos Aires, e Ingeniería Industrial, Universidad de Chile

Este artículo es parte de una investigación conjunta que estamos realizando con Mario Guajardo (NHH, Noruega) y Gonzalo Zamorano (Universidad de Chile).


Foto portada: Perú.com