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Gabriel Weintraub, Doctorado en Management Science and Engineering U. Stanford: En la interfaz entre ingeniería y economía

Instalado en Estados Unidos desde el año 2001, primero en la Universidad de Stanford donde cursó su doctorado en la Escuela de Ingeniería, y luego en Nueva York, donde trabajó como profesor en la Universidad de Columbia, desde diciembre de 2016 Gabriel Weintraub está de vuelta en Stanford. Llegó como Profesor Asociado con tenior (vitalicio), misma categoría que tenía en la Universidad de Columbia, y hoy se mueve en la interfaz entre ingeniería y economía.

“En el ámbito del mercado digital en el cual me desenvuelvo esto es muy común. Todas las empresas tienen grupos de data science y éstos resultan de una combinación de ingenieros, economistas, estadísticos y computer science”, señala este ex alumno del Departamento.

Detalla:
“En estos grupos hay mucho de machine learning (rama de la inteligencia artificial que crea sistemas que aprenden en forma automática), que trata de hacer sentido a toda la big data que se maneja, pero donde también -sobre todo en el mercado digital- hay economía porque uno lo diseña, pero también hay que construir sistemas y optimizarlos”.

En ese grupo de expertos en investigación de operaciones se mueve Gabriel y desde ese frente participó en el ciclo de conferencias de Management Science, co-organizado con el Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), con su trabajo “An Engineer as Economist. Experiences as AppNexus Chief Economist”.

Gabriel lleva tanto tiempo en Estados Unidos que le faltan palabras en español para expresar las ideas -“me pasa todo el tiempo”, reconoce- y sus dos hijos -Matías (9) y Clara (6)- están empezando a hablar más en inglés que en su idioma materno, razón por la que ahora con su señora (Daniela San Martín) los obligan a contestar en castellano.

Vienen una o dos veces al año a Chile, la última vez habían estado de visita en diciembre de 2016, y es usual que la familia también los visite (Gabriel es hijo del académico Andrés Weintraub).

Durante su última estadía en mayo, Gabriel también aprovechó para trabajar en un proyecto Fondef en el cual colabora junto con Marcelo Olivares y que, ejecutado para ChileCompra, busca hacer más eficientes las compras públicas.

Entre la costa oeste y este
Cuando partió a Estados Unidos, a fines del año 2001, Gabriel no tenía claro a lo que iba. El plan inicial era estudiar y volver, y con esa idea cursó con éxito un Master en Economía y un Doctorado en Ingeniería Industrial en la Universidad de Stanford, ubicada en el corazón de Silicon Valley en California.

A los cinco años en la costa oeste siguió una estadía de 10 años en Nueva York, en la Universidad de Columbia, donde llegó como Assistant Profesor of Decision, Risk & Operations Division, luego de lo cual, en el año 2014, se convirtió en Profesor Asociado con tenior (vitalicio).

En la costa este estaban cómodos. Su señora, psicóloga clínica, tenía una consulta privada y sus hijos ya se habían integrado, por lo que la posibilidad de migrar a otro lugar no era mucha opción. Sin embargo, llegó la oferta de Stanford y con ella la posibilidad de integrar la Escuela de Negocios, también en calidad de Profesor Asociado vitalicio.

Luego de pensarlo por alrededor de seis meses, los pros (clima y calidad de vida) pesaron más y hoy lo tienen de vuelta en la costa oeste.

“Fue como volver a casa. El único lugar dentro de Estados Unidos a donde me habría ido de Columbia era Stanford. Nueva York es una ciudad increíble, pero con niños, sobre todo en invierno, es bien friccionado. El ajuste no fue fácil, pero estamos contentos”, cuenta Gabriel.

En tiempo real
Recién titulado, Gabriel no tuvo la oportunidad de quedarse en Stanford y, además, dice, es poco común que contraten a ex alumnos en forma directa.

“Le dan preferencia a gente de afuera, que traiga perspectivas nuevas. Y que quienes estudiamos ahí vayamos a ver otras cosas. Cuando me fui de Stanford, jamás pensé que iba a volver”, señala.

Pero como la vida tiene sus vueltas, hoy vive junto a su familia en el housing para profesores de la universidad que conoció cuando Susana Mondschein vivía allá y dirigía su tesis de Ingeniería Industrial.

Hoy, a más de 17 años de esa experiencia, Gabriel concentra su investigación en el estudio de temas de mercado, área en la que hace desde trabajos más meteorológicos -como desarrollar nuevos métodos para analizar industrias de manera dinámica utilizando teoría de juegos- hasta modelos y algunas cosas empíricas y otras más aplicadas como lo de ChileCompra. Una actividad que una vez a la semana complementa con el cargo de Chief Economist en AppNexus, principal competidor de Google en el ámbito de “Ad Exchanges”; mercados de subastas en tiempo real para comprar y vender avisos en sitios web.

Explica: “El New York Times, por ejemplo, manda tu información (dirección IP y cookies) al mercado y en base a ella los avisadores publican ofertas en una subasta; la más grande paga y eso es lo que muestran. Todo eso pasa en tiempo real, mientras estás pestañeando”.

Agrega: “Mi trabajo consiste en entender el funcionamiento del mercado y cómo mejorarlo, tanto en su parte metodológica como aplicada. La parte más aplicada está en un área que se llama diseño de mercado y en la que se estudia cuáles son las reglas que un mercado específico debería tener para lograr ciertos objetivos como ganar eficiencia o maximizar utilidades”.

-¿Te gustaría explorar nuevos temas de investigación?
-En los últimos tres años ya me metí en el tema que quería estudiar: funcionamiento de los mercados digitales. En este frente enseño (por primera vez acaba de dictar un curso de MBA de mercados digitales), hago investigación y colaboro con la industria. Estar en Stanford y en Silicon Valley es ideal porque la mayoría de esta industria está aquí. Es un área que está irrumpiendo y produciendo un cambio muy importante en muchos mercados y es muy interesante para mí que trabajo en la interfaz entre la ingeniería y la economía.

-¿Es común trabajar en esta interfaz?
-En el ámbito de mercado digital es muy común. Todas las empresas de este rubro tienen grupos de data science, pero también -sobre todo en este mercado- hay economía. Porque lo que uno hace es diseñar un mercado, pero también hay que construir sistemas y optimizarlos, entonces también hay gente de investigación de operaciones. Son grupos muy eclécticos y muy centrales en la innovación de esas compañías.

-¿Has encontrado un buen equilibrio entre investigar, enseñar y estar metido en la industria? ¿Qué frente te gusta más?
-Tengo las tres cosas alineadas en el mismo tema y eso me entusiasma. Hace más fácil llevar un equilibrio porque hay mucha sinergia. De repente me pasa que estoy preparando una clase y se me ocurre algo para mi trabajo en la industria o de la industria salen ideas para mi investigación. Esto es algo que me interesa mucho: ir a la industria, identificar cuáles son los problemas relevantes, llevarlos al ámbito de la investigación y después volver a la industria con respuestas.

-¿Cómo te proyectas de aquí a cinco o 10 años mas?
-La verdad, no sé. Nunca hemos tomado una decisión tan consciente de quedarnos en Estados Unidos. Se han dado oportunidades que nos gustan, pero creo que va a llegar un momento -cuando nuestro hijo mayor tenga 12-13 años- en que vamos a tener que tomar una decisión sobre si nos quedamos en Estados Unidos o volvemos a Chile. Creo que en ambos esteremos bien.