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Daniel Schwartz, Mejor Profesor Full Time CEIN 2016: “Es importante hacer bien la pega”

Premiado por segundo año consecutivo por sus alumnos como Mejor Profesor Full Time CEIN 2016, https://www.dii.uchile.cl/quien/daniel-schwartz/ está contento de recibir la distinción que otorgan los estudiantes.

“Trato de hacer un buen trabajo docente y me alegra saber que este premio fue una consecuencia de ello”, enmarca este ex alumno de la especialidad industrial que en julio de 2014 se sumó como académico al Departamento, luego de terminar su Doctorado en Behavioral Decision Research en la Universidad de Carnegie Mellon y desempeñarse como Research Fellow en la Escuela de Negocios de Wharton.

Este 2017 enseña el curso de “Aplicaciones de probabilidades y estadísticas en la gestión”, curso de pregrado con 140 alumnos divididos en dos secciones (una en inglés y otra en español). A esto suma el curso de postgrado “Aplicaciones de economía conductual en políticas públicas”, para  el Magíster en Economía Aplicada (MagCEA), al que también asisten alumnos del Magíster en Gestión y Políticas Públicas (MGPP) y del Magíster en Gestión de Operaciones (MGO).

Si bien cambió el semestre en el que enseña, y que ahora el curso también se imparte en inglés, lo que no ha cambiado y se mantiene intacto es el sello riguroso que aplica a través de su metodología de enseñanza que busca que los alumnos despierten su curiosidad e interés.

“Esto hace que digieran mejor la información, que les importe más”, asegura.

Con sus cursos ya montados, Daniel cuenta que en esta etapa se ha preocupado de ir mejorando los ejemplos de ciertos temas, inventar nuevos test e ir probando prácticas pedagógicas que faciliten el aprendizaje, con el objetivo de mantener la motivación de los alumnos, lo que no siempre, dice, es fácil de lograr.

“Una actividad que probé este semestre, dado que el curso es muy masivo, es la técnica de “Think-pair-share” en la cual los alumnos responden preguntas o ejercicios en ciertos temas con un compañero o compañera. Luego, la idea es ir preguntándoles cómo lo resolvieron y sus respuestas”, explica.

-¿Qué tal ha sido el resultado?
-Yo que enseño causalidad no puedo saber si esto causa que participen y aprendan más (ríe), pero si bien aún me falta bastante para refinar esta instancia, creo que ha sido positivo darles algunos minutos para que discutan en pares y así motivar a alumnos que generalmente no participan a que puedan hacerlo.

Curiosidad y utilidad
Concentrado este año en el ramo de Estadística, y  preparando su curso de postgrado para el próximo semestre, Daniel continúa enseñando a través de ejemplos y aplicaciones, incluyendo su propia investigación en toma de decisiones y comportamiento de las personas en economía y gestión.

“Creo que el desafío en este tipo de cursos es poder, en primer lugar, generar un interés intelectual que sea desafiante para que el alumno o alumna se pregunte cosas. En segundo lugar, está la utilidad que el estudiante le puede dar a un concepto o método, ya sea para sus carreras, otros cursos o en la vida cotidiana. Estas dos cosas, que motivan parte de mi labor docente, son más fáciles de lograr si uno puede tocar alguna hebra de al menos un tema que al alumno le importe, ya sea teórico o práctico”, circunscribe Daniel agregando que por eso aplica ejemplos que abarcan desde el fútbol, las políticas públicas en salud, energía y educación hasta temas electorales (propios de este año) y que se agregan a los temas más comunes ligados a la gestión, marketing, finanzas o economía. En algún momento hay que dar con algo que le interese a los alumnos”.

-Parece que diste en el clavo, porque te volvieron a premiar.
-Como decía Víctor Bucarey en su discurso, uno no sabe bien por qué lo premian, sonríe.

Factor humano
Daniel es de los docentes que se preocupa de poner los nombres de sus alumnos en las mesas y de tratar de aprendérselos. Aunque es muy exigente en sus cursos, siempre está enfocado en si los alumnos van aprendiendo, aunque reconoce que el balance es difícil.

“Hay que combinar alumnos que tienen más capacidad y empuje con los que tienen menos interés por aprender”.

Pese a esto, a todos les transmite por igual que el ideal es que no falten a clases, ya que hacerlo es lo mismo que tener una deuda, “sobre todo en mi curso que al faltar acumulan materias no aprendidas y en el cual tienen que ir digiriendo la materia clase a clase”. Y si bien no les exige asistencia mínima, incluye una nota a partir de, lo que llama un cúmulo de formas de participación (posteo de opiniones sobre lecturas o podcasts, contestar quizzes a través del celular y participación en clases).

Reflexiona:
“No sé si en el futuro vamos a estar haciendo cursos blended o sólo por sistemas remotos… Soy de los que creen que la parte humana es una pieza importante de la docencia. El problema es que estamos un poco en un intermedio porque si existe un sistema basado en clases, y yo como profesor creo que el libro no reemplaza el contenido de un curso -si bien es válido que alguien enseñe con esa metodología-, deja un camino un poco atrapado al alumno en si la clase es relevante o no para el aprendizaje”.

-¿Logras compatibilizar la docencia con tu investigación?
-Invertí mucho en armar mis cursos, lo que hago ahora es ir mejorándolos. Toma bastante tiempo, pero mucho menos que la primera vez. Además, siempre he tenido equipos docentes muy comprometidos que potencian los cursos y soportan varios de sus quehaceres.

-¿A futuro quieres explorar otra área o te vas a quedar con los cursos que hoy dictas?

-Llegué hace poco, llevo menos de tres años acá. Por ahora quiero ir potenciando lo que tengo y, además, lo  paso bien dando estas cátedras que están muy ligadas también a mi investigación.

Destaca:
“Tal vez para las próximas versiones me gustaría promover sistemas más colaborativos para las tareas y que, a la vez, permitan fomentar el aprendizaje individual, pero aún no sé bien cómo lograrlo. También me gustaría ir mejorando las otras formas de evaluación y que sean una herramienta para consolidar el aprendizaje”.


QUIÉN ES

Después de titularse en el 2004 como Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Chile, Daniel Schwartz realizó durante varios años consultorías en machine learning y comportamiento del consumidor, luego de lo cual, en 2008, se fue a Pittsburgh, Pennsylvania, para cursar un Doctorado en Behavioral Decision Research, en Carnegie Mellon University.

“Lo terminé en el año 2013 y luego trabajé como Research fellow en la Escuela de Negocios de Wharton, en la Universidad de Pennsylvania. Ahí continué mi investigación sobre economía conductual y toma de decisiones aplicado a temas de comportamiento del consumidor, políticas públicas, energía y medio ambiente. Además, en Wharton comencé a investigar sobre la toma de decisiones bajo incertidumbre, por ejemplo, en el ámbito de los seguros”, cuenta.

Complementa:
“Hoy he expandido mi investigación, pero dentro del mismo cauce, examinando las decisiones y comportamiento de las personas en distintos ámbitos. Trabajo basado en un marco teórico aplicado a problemáticas del ‘mundo real’ con metodologías que permitan identificar efectos causales”.

Daniel tiene 38 años, está casado con Dafna Benadof, también académica, dentista y con un doctorado en Salud Pública. Tienen dos hijos que nacieron en Estados Unidos: Evan, de 7 años, y Liliana, de 5.